Un salto cuantitativo. El Centro de Estimulación Precoz de la Hermandad del Buen Fin duplicará su capacidad con el traslado de sus instalaciones al convento de San Antonio de Padua, previsto para este mismo año. Actualmente, el centro se encuentra en un local de la calle Cristo del Buen Fin, junto a la casa de hermandad, que se ha quedado absolutamente pequeño. En sus 140 metros cuadrados se atiende a casi 350 niños en un horario continuado de 08:00 a 21:30. El nuevo espacio, que se pretende inaugurar antes de que acabe el año, les permitirá disponer de 450 metros cuadrados distribuidos en tres plantas. Con ello, pretenden adecuar los horarios y poder atender a más pequeños.
La hermandad ya tiene preparado un anteproyecto para remodelar el convento que, como la iglesia, les ha cedido la comunidad de frailes franciscanos. Con el cambio dispondrán de diez salas de tratamiento, el doble de las que hay actualmente, una estancia para trabajar la psicomotricidad, un espacio que dedicarán a la formación de los padres, además de las habituales salas de espera y la recepción. Todo ello con los últimos adelantos. "Tenemos que remodelar el convento entero. La estructura está en buen estado, pero no nos sirven la actual distribución ni las instalaciones. La intención es que este mismo año esté en funcionamiento. El desarrollo de las obras no debe extenderse más de seis meses", explica Javier Vega, director del centro.