Cuántas veces hemos tenido la sensación de que parece que todos los problemas vienen juntos. Uno no está lo suficientemente decaído como para que le vengan más preocupaciones, provocando un sentimiento de lo más desalentador.
No somos capaces de ver más allá de nuestra miseria, la pesadumbre nos come por dentro, en una especie de retroalimentación horrible, y es que mi madre siempre dice que “lo negativo atrae a lo negativo”, pero en ese momento todo es indiferente. Te acuestas pensando que mañana será un día mejor, pero te levantas y ves que nada ha cambiado.
Pero en ese momento culmen de angustia, cuando parece que nuestro problema ya no tiene solución, cuando en tu cabeza ya te haces a la idea de que vas a tener que convivir lidiando con la desdicha, de repente aparece Ella, como una fuerza divina y potente que te levanta aunque sea por un momento para dilucidar una salida, ESPERANZA.