Es realmente increíble que ya haya acabado todo. Hoy Lunes nos encontramos sumergidos en un ambiente de nostalgia cuando apenas hace unas horas estábamos a pie quieto perdiendo el sentido entre varales y racheos.
No soy capaz de describir lo acontecido esta Semana Santa de 2014, supongo que a cada cofrade de cualquier rincón de nuestro país le sucederá exactamente lo mismo. Esa sensación de estar esperando un año completo, lo que tarda en llegar y lo pronto que se pasa.
Hoy me preguntaban que por qué sentía pena, si verdaderamente el motivo de alegría es la Resurrección de nuestro Señor, pero sinceramente no supe qué responder. Algunos podrán estar de acuerdo conmigo y otros no, pero para mi la esencia pura de la Semana Santa es vivir la Pasión de Cristo, acompañarlo en su dolor, aliviar la amargura de su Madre…
De hecho, si se dan cuenta, poquitos son los cofrades que a día de hoy cuentan los días que faltan para el próximo Domingo de Resurrección, la mayoría ya hacemos las cábalas para el siguiente Domingo de Ramos. Y es que el espíritu es libre y la carne es débil, eso es así.