Hoy día vivimos un momento único
en la marcha procesional. Son numerosos los compositores que, dentro de sus
particulares visiones, están enriqueciendo el género con música en algunas
ocasiones novedosas, aportando ingredientes y elementos no tan usuales. Pero
hay un nombre que no debemos olvidar, el de Manuel Marvizón, compositor
sevillano y productor musical, quien a mediados de los noventa, en medio de un
hastío total en la marcha procesional que repetía los modelos y producía el
hartazgo, irrumpió con su original música, comenzando a crear marchas
procesionales sin duda características, de aire fresco y distinto, con ciertos
tintes jazzísticos en algunos casos, y en otros de música española y andaluza.
Ecos de cine... en definitiva otra mirada a la marcha procesional, que cuajó,
llegó al público y encima se presentaba bien armada en composiciones de
calidad.
Sin duda su aportación a la
marcha procesional ha sido importante. Desde sus primeras obras, "Madre
Hiniesta", hasta las últimas. Merece la pena destacar composiciones como
"Candelaria", "Amor" o "Virgen de las Mercedes",
preciosa marcha de cornetas, que se distancia de los modelos archi-manidos de
este tipo de obras. Algunas con una historia personal significativa, como
"Esperanza", compuesta en honor de la Esperanza Macarena de Sevilla,
de la que es hermana su mujer, y que concibió parte de ella en un momento
especial en presencia de la Virgen.
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