Repaso de memoria a los hermanos que han dado muchas de sus horas de tiempo, y mucho de su esfuerzo físico a nuestra hermandad, y me sale una espeluznante lista de hombres, mujeres y jóvenes. Y es ahora cuando los busco, que no los encuentro entre las filas de habituales asistentes a los distintos actos, y actividades.
¿Se han perdido en el camino?, ¿han sido apartados por algo?, ¿sencillamente se han cansado y se han retirado de sus puestos habituales a su domicilio después de haber entregado durante meses, otros durante años, su abnegado trabajo?.
En un ejercicio de memoria me salen cerca de un centenar de hermanos en este limbo de desaparecidos, y a los que habéis vivido durante décadas las actividades extra cofrades de nuestra hermandad, ¿no notáis en falta a las señoras que habitualmente ocupaban la cocina desde los remotos años de la caseta de feria de La Sevillana, en la esquina del Paseo de la Victoria?.
¿Y a los hermanos que de forma desinteresada, montaban la caseta de feria, las primeras ferias del Arenal?, recuerdo algunas familias enteras que desde primeras horas de la tarde hasta la madrugada, formando equipo, fabricaban flores de papel, abrían farolillos, montaban bombillas, y yo qué se cuántas cosas más.
Se hablaba, se compartían tiempo, amistad, familia, mesa, durante algunas semanas antes del inicio de la fiesta, durante una semana de la propia fiesta y un par de semanas de desmontaje, tras la fiesta; todo un mes de servicio a la Hermandad, desinteresado servicio.