Con un gobierno municipal que tenía altura de miras y se mostraba favorable a la apertura de la segunda puerta de la Catedral.
Con un crucero rumbo a Cuba que llevaba juntos en él a Chabeli & Pedrito Jones (ese par de títeres), Blázquez (el titiritero dueño de los dos anteriores) y Begoña Bernal (la “Presi” de ICOMOS). Felices en el paraíso comunista decidieron no volver jamás. Y nadie, nadie, nadie los echó nunca de menos.