Con Él crucificaron a dos bandidos, uno a su derecha y el otro a su
izquierda. Mc 15 27
Dos peregrinos de caminos de perdición confluyeron en tu cruce de caminos cuando vino a reclamarte la reina de la guadaña. Ante tu Divina Providencia, uno decidió purificar el terreno que transitaba su cotidianidad, transformándolo en sendero de conversión, de retorno a la casa del Padre, de perdón y penitencia. Lentamente fue extrayendo cada escollo con que sistemáticamente tropezaban las ruedas de su caravana. Bastó una mirada, una palabra… el arrepentimiento sincero… y el esfuerzo y el sudor de sacar una a una cada piedra que había ido preñando la linde. Sin embargo. lo sencillo es sentarse a esperar, sin abordar el sacrificio que supone cambiar el mundo que nos rodea… y el otro caminante renunció al arduo trabajo, dejando el sendero plagado de rocas.