Por honra para mi persona, amigo Pepe (Francisco José Carrasco, para el que no tenga su amistad), hoy te hablo e insto, en audiencia para ese pueblo, el de Córdoba, tu Córdoba que tanto te añora, quiere, respeta y reconoce lo que otros quizá haciendo bueno el dicho “nadie es profeta en su tierra”, no quieran reconocer ni mucho menos respetar.
Te llamo amigo, para que des tu impulso a este hoy, mi artículo para Gente de Paz, con tu beneplácito a una entrevista. Escuché que a un músico, el presentador Buenafuente le espetaba sin vacilar: “no es que digas mucho, si no, que siempre que te traigo a mi programa dices algo, que a día de hoy, ya es bastante”.
Pepe, tú siempre tienes algo que decir, tus ideas, pensamientos, forma incluso de vida, no dejan indiferente a nadie, ni tus ideas, tus referentes, y mucho menos, TU PERSONALIDAD.
Podría haberte llamado, podría haber escrito un whatsapp, o SMS, pero quiero hacerte partícipe de un homenaje por mi persona, a otro como tú, otro grande, uno de esos, que tú tanto conoces pues estás en su gremio cofrade, LOS DE “EL VIEJO COSTAL”.
En Córdoba sin tu saberlo, tienes a un homónimo de tu persona, homónimo cofrade, un “valiente” de estos todo terreno en cuanto a la libertad de expresión, y culto a la palabra. Tú, que eres poeta, vives tu vida en prosa y morirás con una poesía que recitarán las campanas de la Giralda sólo para ti, en aquel día en que muera el duende, uno de aquellos braseros de los antiguos que calientan el duende de Sevilla. De esos que hay que echarle una pala de carbón.