El
9 de enero de 2011 mi ilusión y mi sueño por fin se hicieron realidad. Como una
niña pequeña me metía entre los callejones buscando su preciosa mirada, el
movimiento de sus bambalinas... mis ojos soñaban con el momento en el que iría
debajo.
Aquella
mañana, un gran amigo me cogió de la mano y me dijo: ¡este será tu gran día,
hermana! Sentí mucho miedo hasta que me dijeron que era una nueva costalera de
la tercera trabajadera. Salí de esa sala corriendo y me abracé a él.