Reproducimos a continuación esta extraordinaria reflexión de Juanma Rull publicado en la web Arte Sacro a la que pueden acceder a través del enlace habilitado al efecto. Nos parece sumamente interesante sumarnos a sus reflexiones, con las que no podemos estar más de acuerdo.
Gente de Paz
Como músico que he sido y seré hasta el fin de mis días, no
puedo seguir impasible ante la oleada de publicaciones que día a día se hace en
los distintos medios de comunicación cofrade.
Parece que este mundillo, el de las cofradías, ya ha
encontrado un nuevo culpable, una nueva cabeza de turco a la que achacar gran
parte de los males que le acechan.
Así, si una cofradía se demora en su horario, la culpa es de
la música, que no paraba de tocar.
Si Los Panaderos hace un regreso hacia su capilla a base de
chicotás desmedidas y costeros por doquier, la culpa es de la música que le
acompañaba.
Si una Hermandad no guarda las formas durante su estación de
penitencia, es normal, con esa música…qué se puede esperar.
Estamos entrando en una espiral tan peligrosa que desde el
Arzobispado ya han tomado buena nota y lo tienen claro: Si una cofradía
suspende su Estación y vuelve otro día, lo hará sin música. Porque claro, la
música es la culpable de que aquello sea un jolgorio y que los pasos demoren la
vuelta a sus templos, como se ha demostrado este año en la vuelta de la
Esperanza Triana….¿verdad?
Imaginaros que la Curia, hubiera impuesto estos regresos
desmontando los pasos y trayendo las Imágenes en andas. O en los pasos pero
colocando unas ruedas en los mismos y trayéndolos a empujones. Nos parecería
una barbaridad, pero como han atacado al colectivo más vulnerable, el de la
música que tan poco aporta a nuestra Semana Mayor, pues no pasa nada.
Seguimos infravalorando el género musical, a pesar de que
somos la envidia de Andalucía y del resto de España en este apartado. Este
colectivo, jamás se verá tan reconocido como la labor del orfebre, imaginero,
florista y si me apuran hasta de la del costalero. La música pasa a ser un arte
menor, un acompañamiento suprimible en nuestra Semana de Pasión y en muchos
casos pasa a ser hasta un problema para las Hermandades que se decantan por un
determinado estilo o por un determinado repertorio, porque pueden ser duramente
castigados por la prensa morada o tachados de frívolos.
Gran parte de todo lo que está ocurriendo la tenemos los
propios músicos, que hemos convertido todo esto en un circo, exponiendo a
través de las redes sociales las vergüenzas de los demás para intentar exaltar
a nuestra formación.
Un día lo comentaba con un amigo: Los que empezamos en esto
allá por los años 80, crecimos en una ilusión de acompañar un día a nuestros
titulares con nuestra música y hemos terminado creando un monstruo.
El monstruo al que
ahora todo el mundo echa la culpa…
Juan Manuel Rull Polidoro
Publicado en Arte Sacro