La Real e Ilustre Hermandad de Ntro. Señor Resucitado y María Santísima Reina de Nuestra Alegría está erigida canónicamente en la Parroquia de Santa Marina de Aguas Santas situada en el barrio del mismo nombre de la capital cordobesa.
La advocación del Resucitado ha estado ligada a este barrio desde muy antiguo; tenemos constancia de una Hermandad del Resucitado y Ánimas Benditas en 1585, lo que la convierte en una de las más antiguas de nuestra ciudad. Desde esta fecha en adelante, la Hermandad sufrió muchísimos altibajos: épocas de gran esplendor en las que, por ejemplo, se cubrían las calles con romero y juncia para la procesión, que alternaban con otras más decadentes. Hay constancias de que muy pocos años faltó la fiesta de Pascua en Santa Marina seguida de la procesión del Resucitado por las calles del barrio. Existe un asentamiento de hermanos con fecha de 1821, en el que se sobrepasaban los trescientos miembros de la Hermandad del Resucitado y Animas.
Hay numerosas citas de periodistas de distintas épocas exaltando la grandiosidad de los cultos y la procesión del Resucitado en Santa Marina, incluso se tiraban fuegos de artificio y se tenía la ya perdida tradición, al menos en la capital, de colocar judas en los balcones para que el pueblo los destrozara.
Tal era la tradición de celebrar la Resurrección en Santa Marina que, a principios de siglo, la corporación municipal acudía a Santa Marina para la solemne función religiosa y procesión del Resucitado que acompañaba la banda municipal y una sección de batidores de la guardia municipal montada abriendo la comitiva.
A este último punto hemos de unirle resurgir general de la Semana Santa de Córdoba, y como consecuencia la reorganización de la Hermandad, que se perdió por los avatares de la historia, en 1927 gracias al impulso de D. Jose Mora Cabrera Trillo-Figueroa, marqués de Villaseca.
También se sucedieron los altibajos a partir de esta fecha, cambios de día y hora de salida, de recorrido, etc..., pero aquel “empujón” del marqués de Villaseca, fue definitivo para que la Hermandad del Resucitado sentara una base firme sobre la que crecer hacia el esplendor actual de nuestra Hermandad acorde con el de la Semana Santa en general, hecho al que también contribuyó esta Hermandad jugando un importante papel en la fundación de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Córdoba como elemento representativo de esta celebración.
Imágenes
La Imagen de Nuestro Señor Resucitado fue tallada en 1989 por D. Juan Manuel Miñarro López, es de estilo barroco, realizada en madera de tilo policromada y tiene una talla 1.87 metros. Está de pie, en el momento de salir del sepulcro con la mano derecha alzada a media altura y en la izquierda sostiene una cruz, que labrada en plata, ha dejado de ser patíbulo para erigirse en símbolo de victoria. Su profunda mirada parece dirigirla hacia nosotros en una actitud de concesión de perdón y los abundantes pliegues del sudario denotan su barroquismo.
La Imagen tiene potencias, que al igual que la cruz fueron diseñadas por Julio Ferreira, realizadas por José Jiménez Jiménez en plata cincelada y donadas por suscripción popular del Barrio de Santa Marina. El Cristo ha sido concebido por el artista como la Imagen central de un paso de misterio, ya que en el proyecto figura un ángel, del que nos encargaremos con posterioridad y dos soldados romanos.
La Imagen de Nuestro Señor Resucitado fue donada por Dña. Matilde Fernández Cantero, Camarera Mayor Honoraria que fue de María Santísima Reina de Nuestra Alegría.
La Imagen de Nuestro Señor Resucitado llegó a Córdoba la noche del 14 de mayo de 1.988, siendo bendecida el domingo 15 de mayo de 1988 en una misa solemne, por el por entonces Vicario de la Diócesis de Córdoba D. Valeriano Orden Palomino, actuando en la misma el Centro Filarmónico Eduardo Lucena.
Nuestro Señor Resucitado fue restaurado en 1.992 por D. Juan Manuel Miñarro López. Dicha restauración consistió en el reforzamiento de la base de la Imagen, arreglo de algunas de las juntas, policromado de algunas marcas, arreglo y policromado de una grieta en la espalda motivado porque la madera no estaba totalmente seca, incorporación de tres fundas de metal en la cabeza para el acople de las potencias y arreglo de los dedos meñique y anular de la mano izquierda.
La Imagen de María Santísima Reina de Nuestra Alegría la talló D. Juan Martínez Cerrillo en 1951 para sustituir a la anterior y tiene una altura de 1.55 m. Si dicho imaginero se ha caracterizado por la brillante ejecución de sus Vírgenes que denotan en su rostro una serena belleza y emanan una dulzura exquisita en sus miradas, en María Santísima Reina de Nuestra Alegría tuvo la ocasión de recrearse en estas cualidades para obtener una de sus imágenes más logradas y más propias de su copiosa creación artística. A través de su alegre semblante originado por la expresión de sus ojos y la abertura de sus labios, comunica y contagia a los fieles la Alegría máxima del triunfo de su Hijo.
En 1993 sufrió una restauración que la realizó D. Juan Manuel Miñarro López y consistió en levantado de la policromía, estucado y nueva policromía del rostro y manos y modificación de la inclinación del candelero fundamentalmente.
En 1998, D. Antonio Bernal Redondo volvió a restaurar a María Santísima Reina de Nuestra Alegría. Dicha restauración consistió en volver a policromar el rostro para volver a conferirle la expresividad que su autor, D. Juan Martínez Cerrillo, le dio originariamente.
La Imagen del Ángel ha sido tallada en el 2.001 por D. Antonio Bernal Redondo en madera de cedro real anatómicamente desnuda y cubierta con sudario tallado, policromada y estofada. Las alas están doradas y plateadas en metal fino y terminadas al temple. El sudario está estofado y, en determinadas partes, dorado y bruñido. Las policromías de las encarnaduras se realizaron al óleo en tonos claros y transparentes. La altura de la Imagen es de 1.65 m y en su rostro denota la ternura de un joven barbilampiño, sin rasgos marcadamente masculinos y con unos expresivos ojos verdes.
Se nos muestra inclinado hacia delante con su pierna derecha apoyada sobre unas piedras. Los brazos señalan a Nuestro Señor Resucitado anunciándonos el Misterio de la Resurrección. Fue bendecida el 30 de marzo del 2001 por D. Rafael Flores Callava, Consiliario de la Hermandad y Párroco de Santa Marina de Aguas Santas en el Acto en el que se dio apertura a los Actos Conmemorativos del 75 Aniversario de la Refundación de la Hermandad y el 50 Aniversario de la Bendición de María Santísima Reina de Nuestra Alegría.
El Ángel acompañó por primera vez a Nuestro Señor Resucitado en su paso de misterio en la soleada mañana del Domingo de Resurrección el 15 de abril del 2001.
Pasos Procesionales
El Paso de Misterio de estilo Neobarroco, fue estrenado en 1995. Está iluminado por candelabros de guardabrisa de Guzmán Bejarano (1989). La carpintería es de José Caballero Farfán, con diseño y talla de Antonio Ibáñez Valles. El Señor luce potencias de plata, con diseño de Julio Ferreira, y cruz triunfante de plata, ambas de José Jiménez Jiménez (1988). Los romanos del Misterio, lucen túnicas y capas con galones sobrepuestos de Rafael Rubio, corazas en cuero de José Rodríguez con aplicaciones de orfebrería y cascos en plata de ley realizados por Díaz Rocero, bajo el original diseño de Antonio Bernal Redondo, todo ello realizado en el 2004.
El Paso de Palio de orfebrería plateada con varales de Ríos (1982), peana de Hnos. Delgado (1989), jarras laterales (1990) y respiraderos (1992) de José Jiménez Jiménez, así como candelería de 68 piezas y jarras frontales de Santos-Rodríguez Campanario (1998). El palio es de malla dorada y el manto de brocado en color crudo con encaje de oro (1988).
Recordatorio Resucitado