La cofradía de la Paz y Esperanza "ya esta
tranquila". Así lo manifestó ayer su hermano mayor, Manuel Quirós, cuando
recogió los varales del paso de palio del taller de los orfebres Hermanos
Zamorano, encargados de la restauración.
Según el máximo representante de la cofradía de la Paz,
"ya está todo concluido". Quirós señalaba, con gran satisfacción, que
"ya puedo dormir tranquilo" al ver que "todo está en casa"
Y es que durante las últimas semanas, los varales del palio han traído de
cabeza a la cofradía capuchina, ya que sin estas piezas era imposible que la Virgen
de la Paz procesionara ni en el nuevo palio, ni en el antiguo.
Quirós quiso mostrar su agradecimiento a la Agrupación de
Cofradías de la ciudad por el trato recibido "inmediatamente después al
lamentable suceso", así como a todas las personas que han colaborado en
sufragar parte de esta restauración, sin olvidar a toda la gente "que ha
estado preocupada en la evolución del palio".
En estos días se procederá a montar el palio, cuyo montaje
culminará con la subida de la Virgen de la Paz el próximo Viernes de Dolores,
una vez concluido el tradicional besamanos de la popular imagen.
Este feliz desenlace pone el punto final a una desagradable
experiencia que tuvo lugar a primeros de la cuaresma, cuando a la hora de
montar el palio se desprendieron las poleas con el que se eleva, viniéndose al
suelo todo el conjunto, resultando la rotura de las cresterías del palio, así
como de diez de los catorce varales que lo componen.
La intensa labor de recaudar fondos, así como el trabajo de
los orfebres, han hecho posible que el Miércoles Santo la Virgen de la Paz
pueda volver a estar en su paso de palio en las calles de la ciudad en su
popular estación de penitencia.