En el Cabildo General de Hermanos celebrado el día 1 de noviembre de
1717, se acordó la realización de una imagen de la Santísima Virgen, bajo la
advocación de los Dolores. La obra se le encargó al escultor cordobés Juan
Prieto, del que sólo sabemos que fue el autor del retablo de la congregación de
ermitaños y del San Pedro in cátedra, del retablo mayor de San Francisco.
La Hermandad pagó por la imagen 1053 reales y 8 maravedíes, pero la Junta no quedó satisfecha con las facciones de la misma, motivo por el cual le encargó a Juan Prieto que realizara una nueva cara, por la que pagó 100 reales de vellón.
En el año 1719, Juan Prieto entregaba a la Hermandad la imagen de
Nuestra Señora de los Dolores, siendo ésta de tamaño natural y de candelero. La
imagen nos representa a la madre de dios en el recordatorio de sus dolores,
llamándonos poderosamente la atención que de sus facciones han desaparecido los
tan usuales rasgos de adolescencia que encontramos en la mayoría de las
representaciones de María. Su rostro nos transmite una compasión y ternura
infinitas, su llorar es profundamente sereno, tan sólo un leve pinzamiento en
su entrecejo nos lleva a comprender su punzante dolor.
La configuración de la boca y de la barbilla nos hacen pensar en un
suspiro de aceptación, que no de resignación de lo que le ha acontecido a su
hijo. EL dolor de la Señora es profundo, porque es el alma lo que le duele, no
es un dolor desesperado, es un dolor asumido. Es la Majestad del Dolor. Su
mirada está perdida en el tiempo, tal vez recordando el instante en que sus
maternales brazos acogieron el cuerpo inerte de Jesús y todos los momentos de
la pasión volvieron a su mente. En sus ojos solo se refleja el dolor del
recuerdo en soledad.
Desde tiempo inmemorial, la imagen de Nuestra Señora de los Dolores ha
suscitado la devoción del pueblo cordobés, buena prueba de ello es la
manifestación de fervor y devoción que tiene lugar todos los años el Viernes de
Dolores en la iglesia de San Jacinto. Hito importantísimo en la historia de la
hermandad y de la imagen se produce el 9 de mayo de 1965 en que Nuestra Señora
de los Dolores, fue coronada canónicamente por el cardenal arzobispo de Sevilla
monseñor Bueno Monreal, en virtud del edicto dado en Roma el 20 de octubre de
1964, de su santidad Pablo VI por el que le concedía tan alta distinción.
A los pies de la Santísima Virgen han venido a postrarse a través de los
siglos, multitud de personalidades, tanto religiosas, políticas, militares,
como civiles, sin olvidarnos de reyes, príncipes, jefes de estado, y personas
del mundo de la cultura: escritores, poetas, científicos, cantantes y toreros.