Con planta de cruz de una nave con capillas laterales, cubiertas con bóvedas de cañón. La fachada es de concepción barroca y expresión minimalista enfoscada en blanco. Del antiguo convento sólo se conserva la iglesia de estilo barroco. El actual convento es del siglo XVII. La iglesia sigue la línea de las iglesias carmelitas. Es de planta de cruz latina, de nave con crucero y cúpula, brazos y presbiterio de planta rectangular. Tiene una anteiglesia. El altar mayor se compone a base de ricos lienzos y un templete de principios del XX con la imagen titular. En los laterales posee varias capillas, destacando sobre todas las dedicadas a la Divina Pastora y San Francisco.
El Templo es Sede Canónica de dos corporaciones penitenciales: la Pontificia, Real, Venerable e Ilustre Hermandad Franciscana y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia y Nuestra Señora de la Paz y Esperanza y la Hermandad Sacramental, Seráfica y Cisterciense de Capataces y Costaleros de la Santa Cruz y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Conversión, Nuestro Padre Jesús de la Sangre en el Desprecio del Pueblo, Nuestra Señora Reina de los Ángeles en sus Misterios Gozosos y Dolorosos y San Juan Evangelista.
La fachada tiene un arco de medio punto, con dos pequeñas ventanas a los lados, sobre el cual existe una hornacina y sobre ésta un gran ventanal. Se remata en un cuerpo triangular a modo de frontón con apertura circular en el centro. Toda la fachada es enfoscada y encalada.
Han sufrido los Capuchinos tres exclaustraciones. En 1810, 1821 y la definitiva de Mendizábal en 1836. El convento fue vendido y demolido en su mayor parte. Según recoge Teodomiro Ramírez de Arellano, los materiales fueron empleados en la construcción de la plaza de Toros de los Tejares. Se conservó el claustro y la huerta aún hoy en día existentes, así como la iglesia.