No creo que haya un truco de magia lo suficientemente bueno como para que, desafiando a las leyes de la gravedad política, los propios Reyes Megos consigan convertirme en alcalde de esta ciudad. Y bien que a la ciudad le hace falta gente distinta que ponga (y perdonen la expresión) los cojones sobre la mesa y deje de pensar, con sus escasos dos deditos de frente, en algo más que su inútil carrera política. Porque, no nos engañemos, a los aprendices que se sientan en su poltrona de concejal les queda exageradamente grande el traje de servidores públicos.
Unos creen que plantándose la chaqueta, la corbata, la camisa con cuellos y puños almidonados, los castellanos y repartiendo besos y abrazos, por aquí y por allá, ya merecen ser considerados como estadistas, gobernantes, mandatarios, dirigentes, líderes... Otros por ponerse la ropa de aquella manera y desayunar en la Corredera ya se creen dignos de ser denominados astutos, diplomáticos, hábiles, corteses.
Así nos va la ciudad y "asín, asín" las cofradías que callaron en público cuando el que fuera su máximo representante las usó de trampolín para saltar hacia Capitulares sin pudor. No es por el partido político al que saltara (más acabado en Córdoba que las Grecas; y todos sabemos que si hubiera sido al de las chaquetas, las corbatas, las camisas con cuellos y puños almidonados, los castellanos y repartiendo besos y abrazos, por aquí y por allá... nadie hubiera chistado). Sino por el trasfondo del asunto.
En privado muchos se indignaron por aquel entonces, mas en público nadie chistó porque, al fin y al cabo, el personaje se mueve bien y aquí cuando se decide tirar pelotazos se escoge a un muñeco convenido, pero siempre uno, grande y libre, como la España añorada.
Luego miras y lees a los que van a separar Iglesia y Estado, empezando por las cofradías y sus amados concejales y uno tiende a reír al observar tantísima mediocridad. Empezando por el "líder" y/o candidato a alcalde de IU. Si ése fuera mi rival le ganaba fijo. Para empezar porque llega a donde se halla actualmente, o bien por accidente, o bien por mera decadencia de su partido. Y no lo digo yo, sino quienes comentan en Diario Córdoba noticias relacionadas con el candidato. Les reproduzco uno de esos comentarios:
"No me extraña que IU este mal, en su afán de renovación se les ha olvidado valorar alas candidatas/os por la alcaldía de Córdoba, del elegido en concreto las personas que lo conocen, no lo dejan en buen lugar, precisamente por su falta de implicación, en las diferentes labores que a desarrollado a lo largo de su vida laboral, es de lo que no les gusta pegar palo al agua, que se lo den todo hecho y después apuntarse los méritos de los resultados obtenidos si son buenos, si no quitarse de en medió , si no han salido como esperaban, y echar balones fuera eludiendo sus responsabilidades, culpando a los demás. Si no cambian este candidato IU En Córdoba esta condenada a desaparecer, sinceramente me alegro, por que solo con Julio Anguita, la ciudad vivió sus mejores años, a partir de su marcha, comenzó el la decadencia, el dinero de la ciudadanía se escapaba por las alcantarillas, en proyectos ficticios, ejemplos como el palacio de congresos, once años de derroche y en eso se ha quedado, edificios realizados, y abandonados al espoleo, por no ponerlos en servicio, el centro de pesca, el centro cívico en la antigua prisión provincial, y un sin fin de promesas que se han quedado en aguas de borrajas y que solo se acuerdan de repetir una y otra vez cada vez que llegan elecciones, aunque dicho esto, eso es propio de todos los partidos, mal de muchos consuelo de tontos".
Con este panorama le pido por favor a sus Majestades que hagan el truco y me planten ahí, aunque no sea monárquico. Que no quiero silla ni bastón de mando y menos una dependencia cofradías-ediles municipales. Ni me pondré traje, ni ropa usada. Ni diré tanta gilipollez ni haré campaña a costa de colectivos varios a los que utilizar. Queridos Reyes, sé que os pido mucho, pero la noche que viene es mágica.
Recordatorio El cáliz de Claudio
