Redacción. Como si el tiempo no hubiese pasado, así transcurrió en la noche del pasado viernes 19 de febrero la celebración del Pregón de Exaltación de las Siete Palabras en honor al Santísimo Cristo de la Merced. Ante la presencia del Vicepresidente 4º de la Excma. Diputación de Córdoba, del Subdelegado de Defensa en Córdoba, de representantes de los Grupos Políticos de la Excma. Diputación y del Excmo. Ayuntamiento de Córdoba, miembros de las distintas Cofradías y Hermandades de Córdoba, representantes de la A. VV. Torre de la Malmuerta, y un Templo abarrotado de un público expectante.
El Hermano Mayor de la Pro Hermandad de la Quinta Angustia, Manuel Higuera Tejero, dio la bienvenida a los asistentes y presentó el Acto, cediendo a continuación la palabra al Subdelegado del Gobierno, D. Juan José Primo Jurado, que realizó una magnífica, cuidada y sentida presentación del Exaltador; tras la cual, D. Antonio Gil Moreno ocupó la Cátedra y, dentro de un entorno de absoluto recogimiento, religiosidad, respeto y máxima atención; ante la imagen del crucificado más antiguo de la ciudad de Córdoba, iluminado solamente por seis pequeños cirios y con un centro de claveles rojos como la sangre a sus pies, desgranó sus reflexiones y enseñanzas sobre las Siete Palabras de Jesucristo en la Cruz, ofreciendo una clase magistral a todos los asistentes que en ese momento llenaban la Iglesia de Nuestra Señora de la Merced. Con delicadeza, claridad, pasión, entusiasmo, sencillez y lirismo, deleitó a todos y cada uno de los presentes con sus palabras; y al término del Pregón, estos le premiaron con una encendida y cerrada ovación en agradecimiento a su magnífica Exaltación.
Pero el mejor resumen de lo que sucedió en la Iglesia de la Merced la noche del pasado viernes es el que realizó el propio Pregonero: “Esta noche, la Pro-Hermandad de la Quinta Angustia, toma en sus manos el llamador de los siglos, se acerca con emoción y unción a las puertas de esta Iglesia de la Merced e inclinándose respetuosamente, invoca a la vieja tradición que reluce en las paredes de este templo y que la historia ha guardado entre sus pliegues, intacta y reluciente, para rescatarla del pasado, tras más de 200 años, y alumbrarla de nuevo en nuestros días: la Exaltación de las Siete Palabras.”
