Carlos Gómez. Como hemos venido informando en Gente de Paz, la Junta de Gobierno de la Hermandad de la Macarena ha dispuesto en el altar mayor de la Basílica, un altar extraordinario, con motivo de la solemne función que conmemora el 50 aniversario de la Consagración del Templo como Basílica.
Con tal fin, tal y como pone de manifiesto la Corporación a través de sus medios oficiales de comunicación, "el equipo de priostía de la Hermandad, ha diseñado y ejecutado un altar clásico, con una presencia significativa de los doseles y pabellones textiles burdeos como añoranza de esos montajes decimonónicos que durante décadas se instalaron en la parroquia de San Gil".
El altar muestra a la Santísima Virgen de la Esperanza, sobre una plataforma revestida de plata. Lateralmente, se encuentra flanqueada por las efigies sagradas del Señor de la Sentencia y la Virgen del Rosario, situados espacialmente manteniendo el perfil ochavado de la planta del retablo.
Según expresa la propia Hermandad, "este dinamismo y alternancia de niveles y alturas en plena armonía, le confiere al altar vida volumétrica, que se enriquece con las inclusiones de los elementos de talla del antiguo paso del Señor, reconvertidos en ornamentos arquitectónicos. La ornamentación floral en tonos malvas, unifica la visión del conjunto, donde nuestros titulares, presentan algunos de los bordados más antiguos de la Hermandad, como la túnica de cardos, el manto cereza de Juan Manuel Rodríguez Ojeda o los bordados del primitivo palio rojo de 1908, que se agrupan en la saya burdeos y en el manto de Esperanza Nuestra".
Un altar singular e irrepetible que configura una imagen excepcional, acorde con los parámetros más clásicos de la iconografía cofrade y que supone una oportunidad única para convertir en ineludible acudir a la presencia de la Santísima Virgen y su Hijo, el Divino Salvador.
Fotos Benito Álvarez
Con tal fin, tal y como pone de manifiesto la Corporación a través de sus medios oficiales de comunicación, "el equipo de priostía de la Hermandad, ha diseñado y ejecutado un altar clásico, con una presencia significativa de los doseles y pabellones textiles burdeos como añoranza de esos montajes decimonónicos que durante décadas se instalaron en la parroquia de San Gil".
El altar muestra a la Santísima Virgen de la Esperanza, sobre una plataforma revestida de plata. Lateralmente, se encuentra flanqueada por las efigies sagradas del Señor de la Sentencia y la Virgen del Rosario, situados espacialmente manteniendo el perfil ochavado de la planta del retablo.
Según expresa la propia Hermandad, "este dinamismo y alternancia de niveles y alturas en plena armonía, le confiere al altar vida volumétrica, que se enriquece con las inclusiones de los elementos de talla del antiguo paso del Señor, reconvertidos en ornamentos arquitectónicos. La ornamentación floral en tonos malvas, unifica la visión del conjunto, donde nuestros titulares, presentan algunos de los bordados más antiguos de la Hermandad, como la túnica de cardos, el manto cereza de Juan Manuel Rodríguez Ojeda o los bordados del primitivo palio rojo de 1908, que se agrupan en la saya burdeos y en el manto de Esperanza Nuestra".
Un altar singular e irrepetible que configura una imagen excepcional, acorde con los parámetros más clásicos de la iconografía cofrade y que supone una oportunidad única para convertir en ineludible acudir a la presencia de la Santísima Virgen y su Hijo, el Divino Salvador.
Fotos Benito Álvarez