Marcos Fernán Caballero. Normalmente solemos dejar pasar los días con la mayor despreocupación posible. No damos valor a nada o a casi nada de lo que tenemos. Sí solemos sacar tiempo para quejarnos de nuestros infortunios, de nuestras congojas, de nuestros agobios... la mayor parte de las veces nimiedades. Pero claro, de algo hay que quejarse. Y así la vida pasa. Y así la vida se nos escapa entre los dedos.
Hoy, con un amigo y compañero convaleciente en una cama de hospital de una operación tremenda, percibo claramente que lo único que de verdad cuenta es la salud. Y por eso al Señor le pido que no se olvide de este amigo: un hombre de unos principios y valores firmes, noble, trabajador y servicial. Dale fuerzas Señor y déjanos a José Antonio aquí muchos años más.
Foto Benito Álvarez
