...en el
silencio de la madrugada, a veces sólo Tú eras refugio de mis desvelos en la
soledad de mi cuarto adolescente, con aquella maravillosa foto de tu bendito
perfil que glorificaba la cabecera de mi cama...
Acostado, en la penumbra,
tu perfil siempre me inspira;
son tus ojos que me alumbran
de los que mi fe respira.
Glorificas cada instante
en que habitas el recuerdo
dando Paz al caminante
que cobijas en tu huerto.
El brillo de tu mirada
es hiriente sentimiento,
de una Madre a quien robaban
y sumían en tormentos.
Bebí Esperanza en tu gesto
una tarde en primavera;
en tu jardín hallé el resto
y hoy mi alma te venera.
Y siempre te buscaré
en tu casa capuchina
y jamás me alejaré...
que el sentimiento no olvida
cuando se nutre de fe.
...en el
silencio de la madrugada, a veces sólo Tú eras refugio de mis desvelos en la
soledad de mi cuarto adolescente, con aquella maravillosa foto de tu bendito
perfil que glorificaba la cabecera de mi cama...
Acostado, en la penumbra,
tu perfil siempre me inspira;
son tus ojos que me alumbran
de los que mi fe respira.
Glorificas cada instante
en que habitas el recuerdo
dando Paz al caminante
que cobijas en tu huerto.
El brillo de tu mirada
es hiriente sentimiento,
de una Madre a quien robaban
y sumían en tormentos.
Bebí Esperanza en tu gesto
una tarde en primavera;
en tu jardín hallé el resto
y hoy mi alma te venera.
Y siempre te buscaré
en tu casa capuchina
y jamás me alejaré...
que el sentimiento no olvida
cuando se nutre de fe.