El titular de la Diócesis, que acaba de publicar una carta con los objetivos pastorales del curso, cree que las cofradías sintonizarán con el estilo del Papa Francisco
¿Cómo llegará a las cofradías este nuevo tiempo del Papa Francisco?
Estoy convencido de que su pontificado va a tener una tonalidad claramente reformadora, no solo de la Curia, sino sobre todo de nosotros los cristianos, volviendo a las buenas esencias, a la belleza, y a la sencillez del Evangelio químicamente puro. Estoy seguro que nuestros hermanos cofrades, como buenos cristianos, no tendrán ninguna dificultad de sintonizar con el estilo y las prioridades del Papa.
¿Una estética más austera?
Yo quiero advertir esa austeridad en las celebraciones pontificias. La piedad popular es otra cosa.
¿Con qué procesión de la Virgen de los Reyes se queda, con la extraordinaria de mayo o con la de agosto?
Con las dos. No nos planteamos establecer un pugilato. De la segunda destacaría su grandiosidad y belleza y de la primera el fervor de tantas personas como acudieron, muchas más de lo que algunos medios han destacado.
El Resucitado le planteó ir a la Catedral para clausurar el año de la Fe y usted no vio bien alterar los planes inicialmente previstos, ¿no?
Efectivamente. Agradezco al hermano mayor su ofrecimiento, así como la acogida eclesial de nuestra decisión.
Por la meteorología, en Sevilla no se ha podido organizar algo grande con motivo del Año de la Fe.
Ciertamente. Si se hubiera podido celebrar el Vía Crucis, hoy estaríamos hablando de un hito en la pequeña historia de la piedad popular en Sevilla.
Nuevas normas y fondo común diocesano ¿Estamos hablando de cantidades fijas o porcentaje de ingresos?
Es prematuro pronunciarse en un sentido u otro. Es un tema que tendrá que ser estudiado por el Consejo Episcopal y los delegados diocesanos concernidos cuando el Vicario General nos presente el texto.
Las normas fijarán los requisitos para las coronaciones. ¿Lloverán las solicitudes de quiénes cumplan?
En todo caso las condiciones serán restrictivas, pues no podemos multiplicar estos acontecimientos hasta el infinito porque se devalúan. Primaremos aquellas que tengan una clara intencionalidad pastoral, evangelizadora y social y, por supuesto, el incremento de la devoción a la Santísima Virgen.
¿Cómo ha visto el recurso de las Vísperas a las cuentas del Consejo?
Personalmente me disgustan las disputas en el seno de la Iglesia y mucho más cuando el móvil es económico. La Iglesia es comunión y las quiebras o rupturas casi siempre nos desacreditan, hieren a la Iglesia, pues el mundo sólo creará en nosotros los cristianos en la medida en que nos vea unidos.
Se llegó a barajar mucho su nombre como Arzobispo de Madrid.
Son especulaciones sin fundamento. Estoy contento en Sevilla porque es donde Dios quiere que esté. Estoy muy agradecido al Señor que me ha traído a esta Diócesis histórica y grande.
¿Cree que este año la elección del pregonero será “tranquila”?
Así lo espero y así debería ser siempre. Lo contrario daña a la Iglesia y a las propias hermandades.
¿Por qué no una mujer?
Pues sí. No veo ninguna razón para que no pueda ser elegida. Es más, espero que pronto tengamos una pregonera, que lo hará incluso mejor que los hombres.
Casi cinco años de su llegada a Sevilla. Compleja la adaptación ¿no?
Decir que no he experimentado dificultades, sería faltar a la verdad. Yo las conozco mejor que nadie. En el haber destaco la excelente acogida de centenares de sacerdotes, religiosos y seglares sencillos, que me demuestran cada día su comunión y su afecto.
En Sigüenza dicen que es feliz.
Así es. Allí he disfrutado de la paz y el sosiego, el buen clima y la belleza extraordinaria de mi ciudad natal, donde una vez más he experimentado el calor de mi familia, amigos y paisanos.
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