Blas Jesús Muñoz. Durante los últimos días hemos asistido a
la floración de diversas informaciones que inciden en la problemática
que supone para diversas hermandades el hecho de incorporar, a sus
respectivas estaciones de penitencia, el paso por la Santa Iglesia
Catedral.
Las claves no para un exitoso resultado final no son
unidireccionales, sino que por contra hay que observarlos desde diversos
prismas que abordan tanto aspectos técnicos de las diversas
diputaciones mayores de gobierno como especulitavas, en el sentido de
las posibles consecuencias últimas para algunas hermandades.
Las claves
Una de las claves que saltan a la vista radica en el hecho
de la coexistencia de "dos" itinerarios, uno oficial (Claudio Marcelo y
Tendillas) y otro que ha de discurrir por el entorno del templo. Este
hecho provoca por si mismo que el ajuste de horarios e irmtinerarios se
haga complejo en algunas jornadas que, entre otros factores, no cuentan
con la predisposición geográfica de Martes o Viernes Santo. Días en que
las hermandades que los conforman hacen "pleno" en el templo
catedralicio.
Otro de los elementos a tener presente es el de que se da
el caso de que hay corporaciones que nunca han transitado por dicho
entorno. A ello hay que sumarle el factor de que otras posean cierta
antigüedad., finalmente, la aparición de propuestas de diversa índole,
las cuales en algunos casos suponen un cierto agravio comparativo. Una
situación compleja que deberá solucionarse en un espacio de tiempo
limitado.