La semana que viene cuando vuelva a escribirles ya será Cuaresma. Cuarenta días frenéticos en los que costaleros, capataces, juntas de gobierno, vocalías, floristas, cereros, orfebres, músicos, tallistas y demás personas que están vinculadas con nuestras Hermandades y Cofradías estarán en un ir y venir preparando una semana que tarda una eternidad en llegar y pasa en un suspiro…
Hoy mi homenaje escrito quiero que sea para las que no se ven, las que no se oyen, las que trabajan y caminan a la par que todos ellos. A esas madres, esposas, hermanas, novias y amigas de todos y cada uno de esos “benditos varones” que nos hacen disfrutar de una manera o de otra de esta “bendita locura”…
A las de los costaleros por sufrir frías noches de ensayo en la soledad de sus casas porque saben que es superior a ellos y ellas, ese sentimiento de encontrarse con su trabajadera, las que plancharan esa ropa de trabajo y dejaran el costal sin una sola arruga para que no se haga daño, la que caminará muy cerquita del paso pidiendo en cada levantá que no sufra mucho, orgullosa de que él o ella sea sus pies por una horas, y rezando con lágrimas en los ojos para que los deje disfrutar de esos momentos muchos años…
A las de los nazarenos y esclavinas porque después de esperar colas interminables en las casas de hermandad para recoger túnicas y papeletas de sitio para los pequeños y los no tanto, se afanan en quitar la cera del año pasado para que vaya impoluto y sea el nazareno o nazarena más guapo de todo el cortejo. Las que llevan en el bolso, más parecido al de Mary Poppins, toda clase de avituallamiento liquido y solido, tiritas, pañuelos y todos los “ pa por si” inimaginables…
A las de los músicos por estar pendiente del teléfono con angustia frenética, las que lavan camisas blancas por pares y dejan los cuellos de un blanco nuclear tan absoluto que bien parecen que la estrenan en cada ocasión en las que toca su banda…Que para ellas un solo de corneta es música celestial y cuando toca la banda entera un deleite para los sentidos…
A las de los capataces, porque ellas además de la soledad nocturna de los ensayos saben que sobre él cae la responsabilidad de la cuadrilla y del patrimonio de la hermandad que comandan, que son “sus hermanos” los que están debajo y debe cuidarlos como si de hijos se tratara para evitar que sufran ningún daño, protegiendo, ayudando….disfrutando de la recompensa del trabajo realizado durante meses…Siempre de frente!!!
A las de la Agrupación de Cofradías, Juntas de Gobierno y Vocalías de las distintas Hermandades y Cofradías porque saben que durante estos cuarenta y siete días los verán muy poco o casi nada…que hay mucho que preparar, ajustar, montar, planificar…que no es “moco de pavo” poner en la calle a un numeroso grupo de personas e intentar que todo salga a la perfección…sin contratiempos…sin imprevistos…
A las de los periodistas, locutores y reporteros gráficos porque saben que sin ellos las personas enfermas, convalecientes, ancianos o que debido a alguna circunstancia no pueden disfrutar de la Semana Santa en la calle, y serán los responsables de hacer llegar el sentimiento, la devoción y, en mayor o menor medida, el ambiente que se respira en la calle para que no les falte su pedacito de Semana Santa, ni ese momento justo de la oración hecha saeta, ni una levantá, ni una chicotá. Su dicha es saber que son los artífices de hacer a muchísimas personas felices en esos días, a costa de ingentes horas de trabajo arduo, de conexiones, de cables, de móviles, tabletas y "pinganillos"...
A las y los de los fotógrafos, entre los que me incluyo, porque saben que si no sacamos a pasear nuestras cámaras en Semana Santa, si no cazamos ese momento justo y preciso que ocurre en una milésima de segundo, que no se volverá a repetir aunque se den las mismas circunstancias…si no estamos a pie de calle, asomados en un balcón, aprovechando cualquier elemento para posicionarnos por encima de la multitud de cabezas, móviles, tabletas y palos selfies….. tirados literalmente por el suelo….andando kilómetros más que peregrinos…no somos personas….
Por todas ellas y ellos, que también los hay, por las que me habré dejado en el tintero seguro y que no quiero que se sientan discriminadas o discriminados por no haberlos nombrado, solo me queda darles UN IMMENSO GRACIAS unas GRACIAS CON MAYUSCULAS, por apoyarnos, aguantarnos (podemos llegar a ser muy "jartibles" a los que nos gusta esta “bendita locura”) y hacer que esta pasión que nos une sea aún más grande sabiendo que siempre estarán caminando un paso por detrás de nosotros pero con el convencimiento que sin ellas y ellos esto no sería lo mismo….Ni por un asomo!!!
Eva María Pavón González
Foto Eva M. Pavón
Recordatorio Azahar e Incienso: La Torre de Babel