Blas J. Muñoz. En Santiago, San Francisco o Jesús Divino Obrero, la vigilia del Domingo de Ramos se vivía en la jornada de este sábado de forma intensa. De tal manera que la Hermandad del Huerto abría las puertas de su templo para que los cofrades cordobeses pudieran ser testigos de cómo la cofradía ultimaba los preparativos de su estación de penitencia.
Nuestro compañero Jesús Caparrós recorría en esta antesala la ciudad por los puntos de fe que la iluminan y así hallaba en Santiago al Cristo de las Penas y a María Santísima de la Concepción, dispuestos con todo lujo de detalle. Una cofradía con sabor antiguo como la primitiva Imagen del Crucificado en la que bien se puede ver reflejada la historia de la Semana Santa de Córdoba.
En su camino, la Parroquial de Jesús Divino Obrero esconde tres joyas que se mimaban para una intensa y extensa estación de penitencia. La Hermandad del Cerro terminaba de construir el sueño efímero del Domingo que tiende puentes a la ciudad y que, en el palio de la Encarnación o en el paso del Silencio puede apreciarse la magnífica labor realizada en su exorno floral por Pinsapo.
Una víspera intensa, una vigilia que los cofrades rezan con trabajo y detalles, una Semana Santa que se desea, persigue y encuentra en sus hermandades. El mejor Domingo de Ramos se ya está aquí y Córdoba quiere disfrutarlo.
Fotos Jesús Caparrós