Carlos Gómez. En los últimos tiempos la seguridad se ha convertido en una de las prioridades de las hermandades que configuran el universo cofrade con la complicada realidad que nos ha tocado vivir que se evidencia de manera palpable y creciente en desagradables episodios como las agresiones sufridas en la Basílica del Gran Poder recientemente. Por esta razón, y de acuerdo con el deseo de la junta de gobierno de la Hermandad de la Amargura, al acometer su mandato, se ha llevado a cabo el proyecto de cerramiento de seguridad para el camarín de Nuestro Padre Jesús del Silencio.
Tal y como informa la corporación de San Juan de la Palma a través de sus medios oficiales de comunicación, aunque estaba previsto iniciar las obras el pasado mes de julio, finalmente y por razones ajenas a la hermandad, dieron comienzo el pasado 29 de agosto. Para dicha fecha, la imagen del Señor se trasladó al presbiterio, a los pies de la Virgen, donde ha permanecido, para satisfacción de muchos hermanos, hasta el pasado mes de noviembre.
La hermandad explica en su página web que la obra ha consistido en la instalación de una persiana de seguridad que protegerá al Cristo no solo de un posible fuego sino de cualquier otra agresión que pudiera producirse, lo que, teniendo en cuenta los tiempos que vivimos, era una cuestión prioritaria y necesaria no solo para esta junta de gobierno sino para muchos de nuestros hermanos, que así lo habían demandado.
Para llevar a cabo la instalación de dicha persiana ha sido necesario proceder al desmontaje del retablo y a la apertura de un hueco de obra para introducir en él tanto la persiana como el motor que la hace bajar y subir y que se manipula desde un cuadro de mando instalado en la sacristía. La persiana, como ya se hiciera en su día con la puerta del camarín de la Virgen, ha sido decorada, si bien en este caso, en lugar del escudo de la hermandad, se ha plasmado el que figura en nuestro estandarte sacramental sobre fondo rojo.
Una vez instalado de nuevo el retablo, se han llevado a cabo las tareas de reparación de los desperfectos producidos así como de limpieza de toda la capilla, lo que ha puesto en evidencia, como ya se dijo en el cabildo general, el deterioro de las pinturas de la cúpula, motivado por las humedades que provienen de la azotea. En consecuencia, se ha pedido presupuesto para su reparación y se acometerá en cuanto la disponibilidad presupuestaria de la hermandad lo permita.
Fotos Hermandad Amargura