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lunes, 9 de enero de 2017

El origen desconocido de la Virgen de la Victoria de la Hermandad de la Entrada Triunfal


Esther Mª Ojeda. Si bien en anteriores publicaciones de Gente de Paz nos acercábamos a los – quizá más desconocidos – orígenes de la Hermandad de la Entrada Triunfal, los cuales se situaban en la Parroquia de San Juan y Todos los Santos hasta su desaparición y posterior refundación en el Santuario de María Auxiliadora, hoy cabría situarse en los primeros tiempos de la corporación encargada de inaugurar la Semana Santa en su actual sede, la representativa Parroquia de San Lorenzo.

Tras casi 15 años establecida en el seno del templo salesiano, la cofradía infantil constituida en torno a la imagen de Nuestro Padre Jesús de los Reyes decide trasladarse finalmente en el año 1977 a la Iglesia de San Lorenzo – donde ya había sido aceptada –  después de haber visto considerablemente incrementado su cortejo procesional en los años anteriores. Una vez en el cercano y emblemático templo, el entonces párroco, Valeriano Orden toma la determinación de hacer de la Hermandad de la Entrada Triunfal la filial de la vecina Hermandad del Remedio de Ánimas.

Allí comenzaría una nueva andadura inicialmente con el apoyo y la ayuda de la mencionada cofradía del Lunes Santo, aunque sin duda alguna, para la del Domingo de Ramos, otro período de cambios estaría aún por llegar en el año 1982, pues es entonces cuando la corporación ve finalizada su filiación con la Hermandad del Remedio de Ánimas. Pero el progreso de la conocida como cofradía de los niños no se quedaría en este punto, pues además incorporaba en aquel mismo momento la imagen de María Santísima de la Victoria como nueva titular de la hermandad. 

Desde entonces, la Virgen de alegre expresión adquiría una especial relevancia una vez vinculada a la corporación, erigiéndose como nueva protagonista de la estación de penitencia junto a la hermosa talla del Señor que realizase tiempo atrás Juan Martínez Cerrillo a partir de su primera salida en el año 1986 y convirtiéndose en uno de los símbolos inequívocos del afianzamiento de la hermandad. A partir de ese entonces, la Virgen de la Victoria comenzaría a cerrar la ilusionante mañana del Domingo de Ramos, procesionando bajo un palio aparentemente de un azul más claro que el que cubre a la actual dolorosa, con bordados en las bambalinas frontal y trasera, tal y como se aprecia en el vídeo que se incluye más abajo.

No fue hasta el año 1994 cuando María Santísima de la Victoria perdió su carácter penitencial con la llegada a la hermandad de Nuestra Señora de la Palma, dolorosa que fue incorporada estatutariamente el año anterior y había sido realizada por Francisco Romero Zafra en 1991, pasando a ocupar el puesto de su antecesora en la salida procesional. Con esta notable modificación, la Virgen de la Victoria, lejos de caer en el olvido o desaparecer del panorama cofrade cordobés al igual que ocurriera con muchas otras tallas a lo largo de la historia, se mantendría como titular de la cofradía, comenzando a recibir culto bajo advocación de Gloria.

La relativamente reciente desaparición de la Santísima Virgen de la estación de penitencia sumada a su presencia junto a Nuestro Padre Jesús de los Reyes en la Parroquia de San Lorenzo, los besamanos y las salidas procesionales de la que fue objeto durante algunos años en el mes de septiembre han contribuido a que su recuerdo siga aún muy vivo en nuestra memoria colectiva. Pero a pesar de ello, María Santísima de la Victoria sigue suscitando una serie de interrogantes que la convierten en una gran desconocida para muchos aun a día de hoy.

Apenas es posible encontrar fotografías de la hermosa imagen cuando aún seguía los pasos de Nuestro Padre Jesús de los Reyes en la mañana del Domingo de Ramos y no digamos de épocas anteriores. Aunque lo cierto es que no se ha dicho mucho sobre esta imagen de autoría desconocida a lo largo del tiempo – la cual fue restaurada por el ilustre imaginero Miguel Arjona al pasar a pertecener a la Hermandad de la Entrada Triunfal –, sí fue posible documentar, como bien es sabido, la fecha de su realización en el siglo XVIII.

A pesar de que para una gran parte de fieles y cofrades en general solo es posible relacionar la talla de la Virgen de la Victoria con la Parroquia de San Lorenzo, la verdad es que algunos archivos hallados apuntan a unos orígenes que tuvieron como escenario el desaparecido convento de mínimos, llamado de las Huertas – de donde también procedía María Santísima de Gracia y Amparo –, que curiosamente, pasó a denominarse más tarde Convento de Nuestra Señora de la Victoria, ubicado en las afueras de la ciudad en los actuales Jardines de la Victoria, y que tomó su segundo nombre gracias a la decisión adoptada por los Reyes Católicos durante una de sus estancias en Córdoba, debido a la devoción que ambos profesaban a la Virgen de esa advocación. 

Quizá gracias a esos conocidos orígenes – si es posible llamarlos así – de María Santísima de la Victoria en el convento de su mismo nombre sea posible vincular su permanencia en el monasterio desde su ejecución en el siglo XVIII hasta la exclaustración llevada a cabo entre 1835 y 1836, con el consiguiente abandono del recinto de los mínimos y la compra de este por parte de Francisco García Hidalgo, quien 26 años más tarde lo vendería al Ayuntamiento de Córdoba, siendo finalmente demolido en 1867.



Fotografía Alto Guadalquivir 1982



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