Con esas palabras se hacía eco el diario ABC, en su edición del sábado 22 de octubre de 1994, de la dicha exposición que tomaba como escenario la Catedral de Córdoba. La citada muestra, que sin duda muchos desconocerán y otros habrán olvidado, estuvo dirigida por Fernando Moreno Cuadrado – catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Córdoba – quien también se encargó personalmente de seleccionar la colección tanto de pinturas como de imágenes que pasaron a formar parte de la histórica exposición que llegó a contar con la visita de 60.000 personas.
El conjunto escogido por Moreno consiguió reunir 21 tallas cristíferas, 15 dolorosas y 3 de San Juan Evangelista, a las que, además, había que sumar otras 7 imágenes procedentes de Priego de Córdoba, 2 de La Rambla, 1 de Baena, 1 de Aguilar de la Frontera, 1 de Fernán Núñez y 2 de Montilla.
Dentro de la ubicación que les fue asignada a las citadas efigies, ocupaba un lugar destacado el siempre magnífico e incomparable grupo escultórico de la Virgen de las Angustias, situada frente a la misma puerta de acceso. Tampoco pudieron faltar a la cita Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosas, que ya contaba asimismo con el privilegio de la Coronación Canónica y María Santísima de la Soledad de Priego de Córdoba, cotitular de la Hermandad del Santo Entierro.
La imaginería contemporánea por su parte, aunque siempre con la fuerte y constante influencia del barroco, estuvo representada en el hermoso espacio catedralicio por obras realizadas por los siempre presentes e insignes Juan Martínez Cerrillo, Amadeo Ruiz Olmos, Francisco Bonilla Villalba, Francisco Romero Zafra, Antonio Castillo Lastrucci, Antonio Eslava Rubio, Luis Álvarez Duarte, Antonio Dubé de Luque, Francisco Buiza y Juan Manuel Miñarro López.
Como recuerdo de aquel reseñable evento - al que sin embargo no se ha recordado muy a menudo con el paso de los años - que consiguió reunir a una gran cantidad de obras patrimoniales de inmenso valor artístico, afortunadamente, ha sido posible conservar un par de instantáneas de los momentos previos a la inauguración de la muestra. En ellas, como podemos comprobar fácilmente, quedaron inmortalizados por una parte el traslado de Nuestro Padre Jesús del Calvario a su paso por Magistral González Francés y por otra, una interesante y curiosa secuencia protagonizada por las imágenes de Nuestro Padre Jesús Humilde en la Coronación de Espinas, Nuestro Padre Jesús Nazareno Rescatado y Nuestro Padre Jesús Divino Salvador en su Prendimiento.
