Quien me conoce sabe que no he hablado de los habitantes del edificio de Capitulares, y no ha sido por falta de ganas, la verdad. Mi situación no me lo permitía. Sin embargo eso ha cambiado, además la acción y reacción de este político en cuestión no me ha pasado desapercibida, como al resto de cordobeses.
Una sorpresa fue lo que ne llevé al leer los comentarios en las redes sociales. ¡No me lo podía creer! ¡No aprenden con el tiempo!
El Sr. García debe pensar (y volvemos a repetir lo que ya hemos repetido hasta la saciedad) que es Teniente Alcalde de todos los cordobeses y además, debe de defender toda la cultura y patrimonio de la ciudad.
Entiendo y respeto que él no sea creyente, por lo que pido encarecidamente que nos respete a los cofrades de una vez por todas, que parecemos el centro de las dianas de unos cuantos. ¿Debo de recordarle una vez más que en su día entró en unas listas para ser Concejal de Córdoba y no de Pepito o Fulanito?
Sr. García le recuerdo además que el grupo escultórico de Nuestra Señora de las Angustias es una obra de arte estudiada en los libros de texto que tienen nuestros futuros ciudadanos (sé de lo que hablo, pues doy Historia del Arte en la asignatura de Ciencias Sociales en 2 de ESO). Si un Concejal puede menospreciar una Obra de Arte, ¿cómo le pido a mi alumnado que lo aprecie, lo respete o lo entienda?
La Hermandad de San Agustín ha manifestado su conformidad con la rectificación del Señor García a través de un comunicado, sin embargo Raquel Medina ruega al Teniente Alcalde cordobés que por favor, de una vez por todas, nos deje tranquilos. Que viva y deje vivir. Déjenos seguir disfrutando de algo que no se puede explicar.
Raquel Medina