Suspira el querubín por esos cofrades que lo son porque en su época no había otra cosa y se metían en jardines sin flores para exclamar y clamar al cielo porque una hermandad de negro no podía llevar los faldones bordados. O no miraba a otras cofradías de la ciudad vecina aunque pagase cuota o no tenia dinero para pagar a frailes y bordadoras. O sencillamente ni sabia ni entendía de lo que hablaba.
Suspiros alados por los retweets invisibles que no se gastan porque el amor propio es tan propio que le puede hasta las buenas obras y pareciera que lo importante no son las obras sino las personas que las hacen y la labor social es con uno mismo.
Suspira el Ángel porque sabe que si gastas más de lo que ingresas luego toca pagar la cuenta y si la cuenta es falsa y te hacen un montaje la vergüenza de quien te lo hizo queda al aire de las nubes por donde revolotea el Ángel.
Joaquín de Sierra i Fabra