Esther Mª Ojeda. Si bien ayer nos llegaban noticias sobre la eucaristía de acción de gracias que junto a las demás actividades previstas tendrá lugar esta noche en la Iglesia del Carmen de Puerta Nueva, hoy la parroquia vuelve a ocupar una parte importante de la actualidad debido a un sorprendente comunicado de los propios frailes en el que afirman que tras cinco siglos de historia en la ciudad, han tomado la determinación de dejar el templo en manos del obispado.
El motivo para ello, tal y como ha hecho saber el hasta ahora párroco, el padre Alejandro, no es otro que la incapacidad de los Carmelitas para seguir manteniendo esta sede teniendo en cuenta la escasa presencia de hermanos, lo cual imposibilita una gestión apropiada, razón que ya ha llevado a otros conventos a hacer lo propio anteriormente.
No obstante, no será hasta el mes próximo cuando los frailes que se han hecho cargo de la parroquia hasta la fecha se marchen y el obispado proceda a nombrar al nuevo párroco y a administrar la casa carmelitana a pesar de que la iglesia seguirá perteneciendo a la orden.
Afortunadamente también, no está previsto que la conocida Iglesia de Puerta Nueva sufra alteraciones ni cambios de ningún tipo, manteniendo el mismo aspecto y los mismos elementos decorativos con los que la hemos conocido hasta el día de hoy. Es más, puede que con la llegada del obispado quepa la posibilidad de llegar a conocer con mayor profundidad las valiosas muestras de arte que podemos encontrar dentro de la parroquia, como en el caso del retablo – cuya autoría pertenece al sevillano Juan de Valdés Leal – y en el que podemos ver una pintura en la que aparece representada la Virgen del Carmen custodiada por San Acisclo y Santa Victoria.
Y así, con la pena lógica del que abandona su casa tras siglos de historia, los tres frailes que hasta el presente se han encargado del cuidado de Puerta Nueva – el mencionado padre Alejandro Peñalta, el padre Juan Luna, expárroco y prior de la orden y el padre Manuel Conde – se marchan con la certeza de que volverán a llegar tiempos mejores para una congregación con un pasado tan extenso y relevante.
